domingo, 18 de abril de 2021

La Primera Semilla

 Al principio solo hubo tierra y agua. Largas extensiones yermas y áridas cubrían toda Kilneda. Durante incontables eras, solo los ríos y los mares horadaban la roca, amoldándola a su voluntad. Hasta el primer advenimiento.

         Cuando la Primera Semilla de la Entidad cayó sobre las vastas llanuras, un gran brote nació. Sus raíces se extendieron bajo la superficie, a lo largo y ancho del planeta, y de ellas surgieron nuevos pimpollos por todo el mundo.

         Extensos bosques y praderas ocultaban el suelo, antes inerte. Ni las zonas más frías ni las más cálidas escaparon del eterno verde invasor, que llegaba desde lo más profundo de la tierra hasta lo más alto de la roca.

Algunos de esos gigantescos tallos crecían y serpenteaban por la tierra, abriéndola en dos a su paso, otros se arremolinaban sobre las montañas, constreñiéndolas y agujereándolas con sus raíces. De estos tallos surgieron cuatro grandes árboles, que coronaban el mundo con su grandeza, y de ellos nacieron las cuatro Bestias primordiales.

En lo más profundo del montañoso bosque Medot, se erguía sobre una colina el mayor de todos los titanes arbóreos, un coloso verdeante que vigilaba el mundo. En su interior, entre venas nudosas de savia y vida, una gran criatura empezaba a despertar. Cuando llegó el momento, el árbol se abrió en dos, y de él, nació un gran lobo, que en las leyendas sería llamado Fis, las Fauces Eternas. Fue el primero en correr por el mundo, cruzando con velocidad vertiginosa los grandes prados y saltando entre las enormes ramas de los bosques.

En el norte, las frías montañas rodeaban un lago sobre el cual se había alzado la madera con una gran corona cerúlea. La Influencia chisporroteaba entre sus hojas y del rocío que se formaba en ellas nació el rió Lism. Y de los jugosos frutos que se amontonaban al caer sobre la tierra surgió Kaleidan, el Aliento Arcano, el gran dragón azul que más adelante sería el maestro de todos los hechiceros.

Al sur, en las Galin, un cúmulo de toscas montañas ocultaba casi mimetizado un gigantesco árbol pétreo, pues su corteza era de roca y sus hojas eran de nubes. Desde el primer Advenimiento, en su interior una bestia jabalí con cuatro grandes colmillos arremetía una y otra vez contra las paredes, desgastándola poco a poco, hasta que un día, Boj, los Colmillos Incensantes, cargó contra el mundo, esculpiendo la roca con sus constantes placajes.

Entre los lugares de nacimiento de Fis y Kaleidan se encontraba un gran árbol cuyas raíces habían salido de la tierra y habían impedido que nada más proliferase allí, en el futuro, aquel lugar sería testigo de cruentas batallas, y como si de un acto de la providencia se tratara, para constatar que aquel desierto no vería más que destrucción, un rayo impactó contra la copa del gigante árido. El fuego se extendió por todas y cada una de las ramas, y en su interior, de las cenizas y el polvo nació Rartrix, la Nube Cinérea, un fénix cuyas alas flamígeras se dice que envolverán toda Kilneda en el Fin de los Días.

 

El tiempo pasó, y la manifestación de las Bestias Primordiales redujo el crecimiento de la Primera Semilla. Los árboles y plantas más grandes cayeron bajo su propio peso, como recuerdo de que toda vida llega a su fin, excepto la cuna ardiente de Rartrix, que siguió ardiendo durante eras, inconsumible, irrefrenable.

sábado, 28 de noviembre de 2020

El Afligido Corazón

Se dice que solo aquellos que han llevado una vida de virtuosismo y cuya alma ha sido capaz de mirar al abismo que es la Concupiscencia y permanecer incorrupta, alcanzan al final de sus vidas aquello que se conoce como el Afligido Corazón, un plano existencial donde el alma permanecerá en eterna beatitud.

Desde el inicio de los días, muchos han intentado alcanzarlo ayudando a los demás pero el mero hecho de querer alcanzarlo ya pervierte el alma y la hace inaceptable para su ascensión. Al descubrir esto en su lecho de muerte, las almas de estos seres se sienten profundamente traicionadas y caen directamente en lo más profundo de la Concupiscencia, pervirtiendo su ser y convirtiéndose en horribles pesadillas.

Débil y menguante es la manifestación del Afligido Corazón en Kilneda debido al Intersticio, pero concentrada en el Quejío y en el Penitente consigue rescatar a las más misericordiosas almas de un angustioso fin. 

viernes, 23 de octubre de 2020

La Concupiscencia

Un caldero de Influencia pura, allí donde nacen las ideas, donde crecen y donde mueren, o más bien morirían, si no fuera por el Intersticio, el punto donde la Concupiscencia y el mundo terrenal solapan.

         En la Concupiscencia es donde reside la imaginación, cualquier ser vivo con una mente tiene conexión con este mundo y con ello, la capacidad de sentir el mundo e imaginar todo lo que su alma desee, y es de ello de lo que se nutre. Si una miríada de personas cree que algo existe, esa idea tomará forma en la Concupiscencia, así, por ejemplo, se crearon el cielo y el infierno, los primeros lares por donde pasearon las almas teñidas de pecado, pero esto no es solo del mundo terrenal al etéreo, los sucesos que acaecen en aquel lugar también afectan a este, pudiendo provocar serios trastornos en todos los seres conscientes. La Concupiscencia no es abnegada, y todo ser conectado a ella estará bajo su influencia, siendo obligado a sentir pasiones y si no se tiene el suficiente control, el alma podrá ser arrastrada por ellas, hundiéndose y convirtiendo el cuerpo en un cascarón feral.

         Solo un ser humano ha conseguido trasladar su alma a la Concupiscencia y regresar a su cuerpo: Langdor, el Primer Hechicero, quién entró en comunión con Kaleidan y sufrió las desgarradoras corrientes de Influencia primordial. Lo que vio, o más bien, sintió, le hizo comenzar su instrucción en el dominio de la magia, usar esa energía infinita que permeaba el mundo para crear.

         Mucho temieron a aquellos que domaron la influencia, y el nombre de Langdor se desdibujó con el paso del tiempo, pero no sus hazañas. Las historias de un hombre que fue capaz de ver el más allá y regresar calaron en los corazones de las personas, y aunque no supieran su nombre, creyeron que fue cierto, construyendo a partir de esas creencias todo un entramado religioso que conforma la Iglesia hoy día.

         El Intersticio ha ido creciendo siempre a ritmo constante, provocando la evolución y el desarrollo de todo tipo de seres, pero después de que el Falso Dios alzara el vuelo y desgarrara el velo, este solapamiento sufrió una expansión súbita, vertiendo aún más Influencia en el mundo de forma inesperada, permitiendo que cantidad de criaturas salidas de la imaginación llegasen a los bosques y llanuras de todo el planeta, provocando chispas de inspiración en muchos pero también sumiendo incontables almas en un frenesí incontrolable de locura.

         Es inevitable que la Concupiscencia y Kilneda acaben convergiendo en uno solo, y para entonces, será mejor no ser testigo.


martes, 17 de septiembre de 2019

Los hechiceros

Son pocos los hechiceros que quedan en Kilneda puesto que tras la Deflagración, el Ágora Cerúlea se derrumbó y en ningún otro sitio volvió a enseñarse a dominar la Influencia, no oficialmente al menos.

Perseguidos por su naturaleza, están esparcidos y escondidos por toda Kilneda, tarea difícil puesto que deben expulsar periódicamente la Influencia que se acumula en su interior si no quieren que esta salga por sí misma convirtiendo sus cuerpos en un efímero torbellino de partículas. Esta acumulación se produce más rápidamente cuanto más se domina el elemento.

Es también un impedimento para su supervivencia que no puedan poseer armas debido a la Ley Prima que, lejos de ser un simple anexo en un papel, forma parte de todo aquel individuo que tenga el poder de, al menos, crear ondas en el agua o agitar las hojas de los árboles mediante la Influencia.

Algunas organizaciones usan hechiceros de forma extraoficial para trabajos que lo precisen, a cambio, se les suele otorgar un sueldo, protección o, en la mayoría de los casos, la oportunidad de vivir un día más.

domingo, 19 de mayo de 2019

Las Bestias Primordiales

Las historias más antiguas que se conocen son leyendas que han ido de boca en boca durante milenios, por ello, es difícil saber qué partes fueron verdad y cuales invenciones decorativas.

Lo primero de lo que se tiene constancia es que todos fueron encontrados en un profundo letargo. El primero en ser hallado fue Boj, los Colmillos Incesantes, un mastodóntico jabalí con cuatro colmillos que los enanos encontraron aletargado dentro de las montañas del sur de Kasayar. En las montañas también, pero esta vez del norte y por una tribu de humanos, fue encontrado Kaleidan, el Aliento Arcano, un dragón de grandes alas por cuyas azules y brillantes escamas siempre parecía fluir energía

La creación de Kilneda

El universo está plagado de planetas sin vida, hasta que, en algún momento, uno de esos planetas es visitado por La Entidad, un ser de proporciones celestiales que vaga por todo el universo.
A su paso, La Entidad deja caer su semilla y con ella surge la vida. Esta adopta diferentes formas y tamaños, dependiendo de las condiciones del planeta, esto se denomina un Advenimiento.
El planeta que nos interesa es Kilneda.

Kilneda es un planeta formado por dos placas continentales principales, Kasayar y Faranle, 
con todo tipo de vida que vive en armonía, bueno, al menos la mayor parte. Pero Kilneda ha sufrido, hasta la fecha, 4 Advenimientos de La Entidad, generando cada uno vida más dispar que el anterior.

En el primer advenimiento, la semilla de La Entidad cayó en los yermos despoblados, y en ellos crecieron todo tipo de plantas por la superficie de Kasayar (pues en el comienzo solo existía este continente) que cubrieron aquella parte que era más benevolente con ellas, dejando inhabitadas las zonas más cercanas a los polos debido al inclemente frio y las fuertes tormentas de nieve y la zona ecuatorial donde existe un gran desierto montañoso erosionado por las incesantes tormentas de arena. Las plantas reinaron sobre todo el territorio que ocupaban pues durante miles de años fueron las únicas entidades vivas en todo Kilneda, hasta el segundo advenimiento.

En el segundo advenimiento, la semilla de La Entidad se posó sobre las verdes praderas y ahí nacieron todo tipo de criaturas, desde los resilientes humanos hasta las 4 Bestias Primordiales, pasando por los toscos enanos y los chabacanos orcos, además de infinidad de criaturas más simples.

En el tercer advenimiento, la semilla de La Entidad se hundió en las aguas que bañan Kilneda y las enrareció y de ellas emergió Faranle, una abrupta masa de tierra en cuyas humedas y bastas superficies nació vida vegetal muy similar a la existente en Kasayar. La vida animal era muy similar también pero hubo una diferencia clave. Los elfos, una raza con una sabiduría casi tan extensa como su vida pues son seres que ningún humano jamás ha visto morir de forma natural.

En el cuarto advenimiento,la semilla se precipitó pero no cayó, en su lugar, una gran explosión pudo observarse en el cielo desde cualquier parte de Kilneda, una fina capa de luz purpúrea se propagó por toda la bóveda celeste y el cielo permaneció imperturbable durante 12 días y 12 noches. Cada vez que el sol salía para iluminar un nuevo día, un leve destello podía verse desde el lugar de la explosión y fugazmente algo minúsculo se precipitaba hacia Kilneda.